Nos encontramos habitualmente personas que no hablan mucho, algunas por timidez, otras porque no tienen el día, o simplemente porque aplican la frase con la que he comenzado este escrito. La experiencia me dijo que me fijara en las silenciosas y descubrí que había los tipos que he descrito anteriormente y otro que suele ser muy dañino.
En un curso que acabo de impartir recientemente, observé a una persona que no hablaba con palabras, y todos y cada uno de los gestos que realizaba dicha persona me decían que algo no iba bien, por mas que intentaba hacer que dicha persona participara con sus opiniones en palabras para poder solucionar su incomodidad, no lo conseguí y de nuevo la experiencia me dijo que algo iba a suceder.
Quizás yo no conseguí comunicarme adecuadamente, pero al menos lo intenté.
Antxon Punzano
Coach Profesional
Eraiki People
Coaching en Bilbao
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